sábado, setiembre 02, 2006

LUCHANDO CONTRA LA CORRIENTE

Amigos esta lectura va para todos aquellos que alguna una vez emprendieron algo y no les fue bien, pero queda la experiencia de no volver a cometer los mismos errores para no decaer en busca de la superación
Luchando contra la corriente
Por Carlos Cuauhtémoc Sánchez
El triunfador nunca es sumiso, pero avanza pacíficamente a contracorriente, defendiendo su código de ética, luchando por sus anhelos e ignorando las burlas de los mediocres.Una persona íntegra tiene “valores de reto y de orgullo”: Al proponerse no volver a caer, adquiere valores de reto. Al lograr no caer de nuevo, obtiene valores de orgullo. Los valores de reto presentan dos obstáculos: amigos corruptos y viejos hábitos. Al vencerlos, el valor de reto se transforma en valor de orgullo y pasa a formar parte de la dignidad. Para lograr algo que valga la pena, es necesario cruzar por un pasillo de burlas y difamaciones.No es posible desligar el triunfo de los ataques. Vienen en el mismo paquete. El triunfo verdadero es producto de mucho trabajo y de oídos sordos a la crítica malsana. Los envidiosos molestan, hacen ruido y parecen destacar, pero su amargura tarde o temprano los hace caer. Nadie triunfa siguiendo el juego a los mediocres.De todo funcionario se habla mal, de todo artista se murmuran historias falsas, de todo hombre triunfador se dice que ha tenido buena suerte. El líder se acostumbra a las agresiones, pero nunca abandona sus anhelos.Quien se enoja y arremete contra las lenguas agresoras, se echa la soga al cuello. Todos dirán: “creíamos que era una difamación, pero si le dolió tanto, era verdad”. Miles de personas que perseguían el sueño de una carrera artística se desmoronaron ante la primera calumnia, millones de triunfadores en potencia desertaron cuando se enfrentan a críticos injustos. Si te igualas a los sapos, dejarás de ocuparte en tu crecimiento y acabarás saltando con ellos en el lodo. Persigue tus anhelos. Escucha las críticas pero no dejes que te lastimen. Jamás se ha erigido una estatua a un crítico. Las estatuas, la trascendencia real, pertenecen únicamente a los criticados. El joven emprendedor ha cometido dos pecados: abordar grandes proyectos y ser joven. A los dinosaurios anquilosados no les agrada. Siempre tratarán de destruirlo.Nadie que viva sujeto a grilletes de pensamiento podrá ser feliz. Desprenderse de los mitos que nos hacen manipulables es el primer paso hacia la libertad interna.Nunca te amará nadie si no eres capaz de correr el riesgo de que algunos te aborrezcan. No quieras convertirte en el protector de la humanidad. Tienes derecho a no cargar las culpas de otros. Quien no siga el juego a los mediocres, tal vez se quede con uno o dos amigos, pero su espíritu surcará cielos muy altos.
Las Grandes ObrasEl creador de obras geniales no sólo piensa en cómo deberían ser las cosas, sino que hace que las cosas sucedan como deberían.Las acciones de grandeza son los frutos de un triunfador: creaciones artísticas, empresas erigidas, inmuebles construidos, negocios concretados, productos innovados, hijos educados... El creador de grandes obras es como un resorte comprimido: espera el momento preciso de la acción y tiene el brío para actuar con valor cuando llega ese momento. Un profesional echa mano de recursos pensados y actúa de forma calculada. Jamás dice maldiciones. Aunque no siempre tiene éxito, invariablemente sale con la cara en alto y deja tras de sí una estela de grandeza. El creador de obras geniales, ante los problemas, agudiza sus sentidos, pero permanece con la cabeza fría.Todos poseemos dos cristales a través de los cuales podemos mirar hacia el exterior: uno transparente y otro turbio. Cada persona, sin importar su edad, sexo, religión o raza, tiene algo superior a usted; por eso, acepte a todos, escúchelos y aprenda.Piense mal de los demás y muy pronto ellos pensarán mal de usted; por el contrario, busque las cualidades de otros y ellos verán las suyas propias.No puede saber si alguna vez necesitará a la persona que está despreciando.A veces pensamos y sentimos algo respecto a un ser humano más por lo que nos dicen de él que por lo que personalmente vivimos con él. Las personas más valiosas son positivas y, aunque el ambiente parezca hostil, se mantienen optimistas, bromeando y con deseos de seguir luchando. Una empresa no está conformada por programas de trabajo o instalaciones, sino por personas. Aunque se tengan los métodos más extraordinarios, jefes intransigentes y empleados conflictivos sólo obtendrán resultados mediocres.Los envidiosos, incapaces de aceptar el bien ajeno, siempre acaban perjudicando al equipo.Un monje a punto de ser asesinado solicitó a su verdugo una última voluntad. “¿Ves la rama de aquel árbol?”, le dijo. “Córtala con tu machete.” El asesino obedeció y la rama cargada de flores cayó al suelo. El monje le pidió entonces: “Ahora pégala para que vuelva a vivir y dé frutos.” El criminal se quedó confundido sin poder cumplir la última voluntad del monje. Entonces éste se incorporó y le habló muy fuerte a la cara: “¡Piensas que eres poderoso porque destruyes y matas, pero eso cualquier necio puede hacerlo; escúchame bien, si quieres de verdad ser grande, construye y salva...!
www.puntodesoporte.tk Orlando Moreno Pachamango